¿A quién diriges tu producto? Frente a esta pregunta la respuesta rápida es “a todo el mundo”. Un concepto tan indeterminado llevará inevitablemente al fracaso de la estrategia de comunicación de una empresa: pretender venderle a todo el mundo es adentrarse en una zona borrosa de final incierto.

Conocer a tu público objetivo para saber a quién vas a vender es elegir el camino necesario del cual saldrán todas las demás acciones: diseño de imagen corporativa, estrategia de contenidos, elección y tono del ecosistema social, en definitiva, la estrategia de marketing digital integral de una compañía.

Dedica un tiempo prudente para la definición del target primario y secundario, en estudiar qué tendencias predominan en el comportamiento de tu consumidor. Piensa sobre qué aspectos valora tu cliente, cuáles son sus razones profundas, qué espera de tu producto.

3 pasos para determinar el target

1 Variables sociales: franja de edad al que nos dirigimos, sexo (hombres, mujeres, ambos), estado civil, estilo de vida. Cómo consumen, por qué medios, profesión, idiosincrasia, idioma.

2 Variables Socioeconómicos: sector social al que apuntas (lujo, primera necesidad, consumo masivo). ¿Quién puede comprarlos? ¿Es un producto aspiracional?

3 Variables geográficos-históricos: dónde viven, zona preferencial de consumo, condiciones geográficas particulares. ¿Hay algo en la historia del usuario que necesitemos saber?
Afina  aún más tu target. Parece sencillo, sin embargo estos pasos son el cimiento desde donde construiremos una estrategia de comunicación global. Crear el perfil del público lleva tiempo de investigación y representa un buen ejercicio de empatía.

¿Qué pasa cuando el consumidor de tu producto es diferente al target?

Por poner un ejemplo, hasta que comenzaron a aparecer imágenes de ropa interior masculina con los modelos de Calvin Klein y la moda de los pantalones de tiro bajo que la dejaban ver, la elección de las prendas íntimas eran terreno de madres y parejas, ajeno al usuario final, el hombre.

No es el único caso: los “días” del padre, madre, ahijado son ejemplos recurrentes del target diferente del consumidor.

Posicicionamiento

Hablar, diseñar, crear, escribir para tu target hará que te posiciones en la mente de tu público con claridad, dentro de una sociedad sobreinformada. En  un contexto de exceso de estímulos desde todos los medios, el consumidor es más prudente que nunca: hoy está informado (mucho más que los vendedores) y es escéptico ante la publicidad.

La comunicación debe ajustarse de modo que llegue al objetivo con la menor cantidad de inversión posible. Gran parte del éxito de una estrategia  de comunicación depende de cuan bien definido está el target.